Enlace a la primera parte de la reseña.
Enlace a la segunda parte de la reseña.
Tercera parte de la reseña:
9. Situación al inicio de la segunda mitad de la partida. Desde
el bando romano se aprecian dos grandes agrupaciones de legionarios que por la
izquierda pretenden embestir la línea íbera de infantería de peor calidad, y
una tercera agrupación central de lanceros y legionarios que quiere hacer lo
mismo con los lanceros cartagineses del centro, en el camino, al lado del
elefante.
El problema es que ese elefante es letal contra la
infantería pesada y por eso en el centro romano hay tres infanterías ligeras (psilois)
dispuestas a ocuparse de él.
En los extremos se pueden ver perfectamente a las
respectivas caballerías ocupándose mutuamente, y el único punto caliente se
encuentra en la derecha romana donde tres bases de legionarios y el General de
ese ala deben evitar el ataque de flanco de la infantería ligera cartaginesa
apoyada por una caballería ligera, sus auxiliares galos mercenarios y el
General cartaginés. Si este flanqueo tiene éxito el ejército romano puede
encontrarse en serias dificultades más adelante.
10. Noveno turno. Las caballerías ligeras íbera y
cartaginesa reculan. El peligro de los extremos queda neutralizado para los
romanos. Las caballerías galas mercenarias podrán renegociar su contrato en una
posición de fuerza para la próxima temporada.
En el bosque de la izquierda, la infantería ligera íbera del
bosque se decide a salir y enfrentarse con los legionarios romanos que pasan
frente a ellos. Al menos empleando la Zona de Control conseguirán que no puedan
proseguir su desplazamiento. El mando íbero no tiene puntos para más acciones.
El ejército cartaginés, por su parte, se reorganiza. No
consigue penetrar la línea de legionarios que parte del bosque de la derecha,
así que comienza a plantearse que, dado que los romanos nunca entrarán en el bosque,
y será muy difícil eliminarlos con infantería ligera fuera de él, pueden
establecer una línea entre la colina y el bosque para, por el momento
contenerlos, y quizás, más adelante,… ¡quién sabe!.
Los romanos, por su parte, siguen avanzando e intentan abrirse en
todo el frente lo que les es posible, mientras que por su derecha han
conseguido mantener las posiciones y evitar la ruptura de ese flanco. Un logro
ciertamente importante y que, junto con la neutralización de las caballerías
ligeras de ambos extremos permite comenzar a pensar en un feliz resultado para
sus armas. Aquí deben evitar el típico exceso de confianza de una situación
favorable que tantos resultados desastrosos provoca en las partidas de
figuritas.
Hay que aclarar aquí que estamos hablando de un ejército
romano bastante más poderoso que el íbero, y ligeramente superior al
cartaginés, al menos sobre el papel, lo que sitúa la mayor dificultad en el
bando aliado a la hora de ganar una partida. Si además tenemos en cuenta que
tuvieron muy malos dados para moverse (no para combatir) durante todo el
encuentro, a nadie le sorprenderá el resultado final.
11. Turno décimo. Muy pocos puntos para todos los mandos.
Muy pocas acciones. Los romanos mueven un poco su extremo izquierdo,
enfrentando a los psilois íberos recién salidos del bosque y haciendo
retroceder a una de sus bases.
Por la derecha, un combate entre legionarios y auxiliares
galos del mando cartaginés termina con la eliminación de estos últimos. Primera
baja aliada. El resultado en ese momento es de una unidad eliminada en cada
bando, una infantería ligera romana y unos auxiliares galos para los aliados.
Uno a uno, con ligera ventaja romana por diferencia en la calidad de las tropas
retiradas de la partida.
12. Onceavo turno. Otro resultado de pocos puntos para todos
los mandos. Los romanos apenas pueden enfrentar a su General del ala derecha
con una infantería ligera que les ataca desde el bosque, en situación
desventajosa para él, y por la izquierda los legionarios del extremo comienzan
a tener serias dificultades ante la acumulación de tropas íberas frente al
bosque. Se abre un segundo frente que atender, y no está claro quién tiene
ventaja en este caso (tres bases de legionarios contra cuatro de psilois y una
de auxiliares, por el momento).
La caballería ligera íbera de ese flanco se las pira hacia
el borde del tablero (?).
13. Doceavo turno. Excepto el mando cartaginés (que hay que
reconocer que tiene la negra), todos los mandos tienen puntos para regalar, y
los aprovechan.
Comenzando por la izquierda, la caballería mercenaria gala
de los romanos persigue a la ligera íbera que inexplicablemente no ha querido
agruparse con su infantería ligera frente al bosque para ofrecer una
resistencia más agrupada.
Los legionarios de ese extremo mantienen la presión
aprovechando su mayor calidad frente a las tropas que se les enfrentan, a pesar
de estar en inferioridad numérica. Aún así pierden una base de legionarios que
ha sido cargada y flanqueada por dos unidades íberas.
El resto del ejército íbero se reorganiza en su centro
mientras que su extremo izquierdo, en el centro de la línea aliada, comienza
una carga de dos elementos de auxiliares contra los psilois romanos al lado del
camino. Buena idea, si tenemos en cuenta que, aún siendo dos contra tres, son
tropas con ventaja en el combate cuerpo a cuerpo en este caso (además estoy
seguro que se estaban aburriendo enormemente sin moverse desde el principio de
la partida).
Los romanos, confiando en el mayor poder de choque de sus
infanterías, continúan avanzando en su mitad izquierda para contactar con la
parte del ejército íbero que queda por combatir, y sitúan en línea a los tres
elementos de psilois del centro para enfrentar la carga de los auxiliares
íberos.
En la banda derecha se producen tres enfrentamientos con
victoria para los dados romanos. Los legionarios de ese flanco consiguen
eliminar a una caballería ligera cartaginesa y hacer retroceder a una infantería
ligera en su frente.
Por su parte, el General romano de ese ala ha eliminado otro
elemento de psilois que le combatía desde el bosque.
En este momento el resultado es de dos elementos romanos
perdidos (una base de infantería ligera y otra de pesada) frente a unas
perdidas totales de los aliados de tres bases, una infantería ligera, otra
media (auxiliares) y una caballería ligera fuera de combate.
Terminamos aquí con la tercera parte de la reseña, y ya sólo
queda una, como siempre, después de la publicidad.
Enlace a la cuarta y última parte de la reseña.
Enlace a la cuarta y última parte de la reseña.
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