miércoles, 29 de junio de 2011

Los napoleones del fin de semana


Primero agradecer a Quijote el hecho de que me haya vuelto a recordar la existencia de este fragmento que en su día leí gracias a otro conocido, algo más rólelo que Wargamero.
Dicho fragmento es un escrito de Arturo Peréz Reverte sobre una de nuestras aficiones y he pensado que quedaría muy bien en el Blog. Salió en El Semanal de 1996 después de las polémicas surgidas sobre el rol y las personas que practicaban dichos juegos y/u otros, más adelante dicho artículo se incluyo en el libro "Patente de corso", también lo podéis leer en el siguiente link
Sin más dilación os dejo el artículo, espero que lo disfrutéis.
Los napoleones del fin de semana
Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglamentos bajo el brazo, como los miembros de una cofradía clandestina, dispuestos a poner patas arriba la Historia. Algunos son tipos tímidos, solitarios. En apariencia, incapaces de matar una mosca.
Pero fíate y no corras. Bajo su aspecto gris ocultan un corazón de tigre, y cada fin de semana deciden sobre la vida y la muerte de miles de seres humanos. Saben de heroísmo, y de coraje; y de encajar impávidos los azares del destino y de la guerra, tal vez más que muchos de esos militares de verdad que a veces se cruzan por la calle, con su uniforme y sus medallas que a ellos les hacen sonreír disimulada, esquinadamente, con mueca de viejos veteranos.

Los jugadores de los llamados wargames o juegos de guerra de salón nada tienen que ver con el militarismo, o las ideologías. Del mismo modo que unos juegan al tenis, otros al póker, y otros a la herencia de Tía Ágata, los aficionados al asunto, que es una especie de ajedrez pero a lo bestia, reproducen sobre tableros, con las fichas apropiadas, situaciones estratégicas o tácticas de la Historia; y basándose en complicados reglamentos, intentan darle las suyas y las de un bombero a Rommel, por ejemplo, en El Alamein; o compartir gloria con Napoleón en Austerlitz; o dar la vuelta a la tortilla haciéndole la puñeta a Aníbal en Tresino, Trebia, Trasimeno y Cannas. La forma usual es un terreno reproducido en detalle sobre grandes tableros, y allí, con piezas, soldaditos de plomo o fichas adecuadas, se desarrollan los acontecimientos históricos y sus variantes, en largas operaciones de un realismo asombroso que llegan a durar horas, e incluso días.
Como masones, los adictos al género intercambian informaciones, reglamentos, experiencias. Hay especialidades, por supuesto: artistas del combate táctico a nivel de pelotón, capaces de batirse casa por casa durante días en los alrededores de la fábrica de tractores de Stalingrado, y genios de la logística que llevan tercios a Flandes por el camino español de la Valtelina entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde de un mismo día. A algunos les gusta reunirse en grupos, haciéndose cargo cada uno de un bando, o un cuerpo de ejército, o de una simple unidad de infantería; y otros prefieren habérselas de tú a tú con el tablero, o con la pantalla del ordenador, que facilita el juego a solateras. En cuanto a sexo, predomina el masculino; aunque no faltan excepciones, como la novia de mi amigo Miguel -el hombre que más cargas de caballería ha ordenado en la historia de la Humanidad- , que es una moza dulce y apacible hasta que el fin de semana, ante el tablero, se convierte en una despiadada y lúcida táctica, capaz de cañonearse peñol a peñol con el Victory, o putear al general Dupont en Despeñaperros hasta que el maldito gabacho pide cuartel y misericordia.
Son la leche. Cuando los ves descargar adrenalina en sus excitantes aventuras finisemanales, compruebas asombrado cómo se transforman ante el tablero para compensar otra vida a menudo monótona, tal vez insustancial. De pronto, inclinados sobre los hexágonos del mapa, considerando los factores de movimiento entre Washington y Gettysburg o la potencia de fuego de una división Panzer en los campos embarrados de Smolensko, les aflora toda la seguridad, toda la pasión, todas las cualidades buenas o malas reprimidas en el día a día: abnegación, buen juicio, crueldad, rapidez, egoísmo, iniciativa, sacrificio. Y comprendes que resulta imposible saber lo que cada ser humano, incluso el de apariencia más torpe, bondadosa, malvada o gris, atesora en su corazón o su cabeza.
Y además, comprendo el placer personal intenso, fascinante, de hacerle trampas a la Historia. De romperle los cuernos a Bismarck en Sedán, o destrozar los cuadros escoceses en Waterloo. O volver a la oficina el lunes por la mañana y dirigirle al imbécil de tu jefe una sonrisa enigmática que él nunca entenderá, ignorante del momento de gloria infinita que viviste a las tres de la madrugada de ayer, cuando, tras doce horas de combate, encendiste con mano temblorosa un cigarrillo para contemplar desde el alcázar del Santísima Trinidad, entre los mástiles derribados y los pasamanos hechos astillas, como ardía la escuadra inglesa frente al cabo Trafalgar.
Arturo Pérez Reverte, El Semanal, 1996
(Este artículo está incluido en el libro "Patente de corso", de Ed. Alfaguara, 1998)

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martes, 28 de junio de 2011

República de Roma - Primera Impresión

Desde hace relativamente poco, un mes más o menos, podemos disfrutar de la versión en Castellano de uno de los Grandes Clásicos de Avalon Hill esta vez nos viene de la mano de Edge y me estoy refiriendo a
Este es uno de esos juegos que todos han oído hablar, que los que han jugado se declaran fans incondicionales y los que aún no, están deseosos de hincarle el diente y ahora, gracias a esta reedición, más de uno (en los que me incluyo), podrá tachar de su lista de cosas pendientes a realizar (como escribir un libro, plantar un árbol y esas cosas) jugar a este pedazo de juego.
Yo sin ser un experto en el propio, con sólo una (media partida) jugada, puedo decir sin miedo a equivocarme, que es uno de los mejores juegos a los que he tenido oportunidad de jugar.
La partida tubo lugar en el Club Rvbicon y esta claro que nos ayudó mucho tener como Rol-Master (Gracias Ivan Prat) a un gran conocedor de la mecánica y que la versión que jugamos es la de Avalon Hill, pero que según comentarios de otros aficionados al juego la de edge mejora algunos aspectos pero se sigue manteniendo fiel a su antecesor.
Y que puedo decir de la partida, pues simplemente Brutal!!!
En todo momento el juego me llevo de la mano por la ciudad eterna y por unas horas realmente me sentía parte importante de una de las grandes familias romanas, vamos que sólo nos faltaba la toga y las sandalias y tumbarnos en los divanes mientras tirábamos los dados, tomábamos decisiones y buscábamos nuestro beneficio personal, sin olvidarnos claro esta de cubrir todas las necesidades de Roma, todo esto regado por el mejor vino de Tarraco y los caracoles del Norte de África.
El juego tiene una mecánica muy bien definida, pero se apoya mucho en lo que podemos decir, una mecánica muy rolera, en si se juega sobre un tablero, sí, pero te da esa libertad para poder representar a un personaje del senado con total libertad de acciones (hay pocas limitaciones en las reglas), por lo que nos deja actuar como si de actores nos tratáramos, representando una escena de la vida senatorial romana y es que como he comentado antes, te olvidas por un momento de los problemas diarios que puedes tener y te centras en otro tipo de problemas ficticios que estás teniendo. El juego te permite ser muy cínico y jugar mucho con la doble intencionalidad de tus actos, vamos que si haces algo no lo harás gratis, siempre buscarás sacar algo a cambio, ya sea de inmediato o a largo plazo, por ejemplo sembrar una semilla de confianza en un jugador sin que este lo aprecie desde el primer momento para que más adelante si se convierte en uno de los más fuertes e importantes tenerlo de tu lado para conseguir lo que buscas, tu eres dueño de tus actos y tus decisiones, pero ten cuidado, todos juegan su papel y como reza el proverbio romano "donde dije Diegus dice Diegaus".
La sensación que nos quedo a todos después de esta partida de iniciación es la de querer muchas más, ahora sí, se trata de un juego que puede ser largo, muy largo, pero que pocos lo llegan a completar ya que a veces pueden más los intereses personales que los de Roma y Roma puede caer de mil formas diferentes y si cae todos los jugadores pierden.
República de Roma mantiene un sutil equilibrio entre juego de cooperación y juego de competición y esa sutileza tan delgada lo hace tan grande :-)
Es un juego que se basa mucho en el diálogo, en la participación de los presentes y en que realmente te dejes llevar y te sumerjas en las calles de Roma, sobre todo en el Foro romano, lleno de gente arriba y abajo, con sus problemas internos y externos (las guerras, la mayor amenaza en este juego) y tu, con una única misión, defender Roma mientras te haces popular y más rico, ahora que será lo más importante para ti? y para los otros?? : -)

Para que os hagáis una pequeñisima idea del tema, en la partida inaugural nos reunimos 9 miembros, el juego es para 6 y normalmente se recomienda no hacer grupos ya que la gracia radica en que los planes de cada uno no salgan de la cabeza, vamos que no se comentan, pero como la idea era aprender y que el juego sólo mencionar su nombre provoca un efecto más masivo que abrir una caja de donetes pues hete aquí que nos reunimos 9.
Pues en eso que empezamos en la I Era, el juego está repartido en III Eras, debido a su larga duración, permitiendo jugar las Eras independientemente o empezar en la I e intentar llegar al final de la III cosa que resulta muy difícil y es un gran reto para los jugones del Republic.
Pues en eso que nos presentan la I Era y zas en toda la boca, ya tenemos a los Cartagineses con su Primera Guerra Púnica tocando los… pues nada que esa es la gracia del juego y tal y mira que en un principio no lo pillas pero al final te das cuenta de que sí, de que esa es la gracia de muchas cosas, sobre todo si te toca las concesiones de construir flota y la de construir legiones ya que lo primero que tenemos que hacer es ir a por los Cartagineses y para ello lo que urge es la construcción de flota, de mucha flota y claro el que tiene la concesión del astillero pues se forra, mira tú por donde y todo por el bien de Roma, pues eso es lo que se debate en el senado y todos tenemos claro que se forrará pero también tenemos claro que el tema de la Guerra nos tiene intranquilos, por si salen otras, no vaya a ser que se nos acumulen 4 y los ciudadanos Romanos nos echen a patadas, si no lo han hecho antes los barbaros, en fin que hay que construir y eso a mí me interesa ya que un servidor tiene la concesión de Legiones y claro después de la flota vienen las Legiones y mis arcas están deseando alimentarse de montones de talentos, pues no, mira tú por dónde que uno de los pasos del juego es sacar una ficha para ver quién muere y si, como lo habéis adivinado, el miembro de mi familia que gozaba de esa concesión ha palmado es muy im…insensato.
Pues nada que la concesión se pierde y se deja en medio del tablero para que pueda ser repartida en un momento dado a alguien, que no fue a mí (sin rencor, de verdad, sin rencor).
Pues en esa que estamos ya avanzados en el juego y viene cuando me ofrecen una pequeña concesión y el mismo que me concede esa pequeña concesión le da la de Legiones a otra familia, pero las negociaciones no salen como se espera y se corre el riesgo que se eche para atrás y no me de la concesión, que aunque pequeña, es una concesión que me aportará 3 talentos cada turno y en eso que me levanto y le comento al oído al que va a recibir la concesión de Legiones un consejo, como el que no quiere la cosa y acepta, ofreciendo lo que le he comentado al jugador que repartía las Concesiones y este acepta cerrando el trato y consiguiendo yo mi pequeña concesión de 3 Talentos.
Esto es un episodio de lo que paso, y aún pasaron muchas más cosas, como las batallas que no había forma de ganar y las demás trifurcas senatoriales, pero para que os hagáis una idea mínima ya está bien, de lo contrarío saldría un post que batiría records :-)
Esta nueva versión viene con un nuevo diseño mucho más atractivo con un tablero más rígido y con unos counters de mejor cálida, por lo que si sólo el mero echo de poder tenerlo disponible otra vez en las tiendas fuera ya poco, la calidad del mismo aumenta de por si el echo de que no te lo pienses dos veces en tirarte de cabeza a la piscina y nunca mejor dicho ya que es un juego perfecto para poder disfrutar en vacaciones, ya que requiere de tiempo de ocio y las reglas son algo complejas al principio por todas las opciones de las que dispone el juego.
Sólo me queda puntualizar que es un juego MUY RECOMENDABLE!!!
Nos vemos en el Senado
Imágenes sacadas de BGG y de Edge
Vídeo sacado de Board Games with Scott y YouTube

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