Bueno, bueno.
Por lo visto el pasado viernes en el Centre Cultural, el ASL nos ha entrado directo a la vena.
Pudimos disfrutar de dos interesantes partidas, disputadas a sangre y fuego por sus jugadores.
La primera de ellas, enfrento a Alberto (Rusos, como si no), y a Joan. Que a la espera, de que lleguemos al starter 2 ( salen los British) jugo con los alemanes.
Se trataba de un escenario, situado a las afueras de Moscu durante el invierno del 41, que podía haber llevado perfectamente por titulo " Y Zhukov, lanzo a sus siberianos". En realidad llevaba por nombre "Released from the east". El objetivo de los "ruskis" era tomar un par edificios situados en una bonita villa soviética, por descontado que no era un problema, que para conseguirlo se quedaran la mayoría de las tropas por el camino ( a esto se le conoce como método Stalin). En el rincón contrario, se encontraban los "Boches", que no iban a ceder ni un palmo, más aún cuando una semana antes, los mandos del batallón se pulieron media compañía para tomar el "pueblecito".
Comenzó Alberto dejando unas cuantas unidades en reserva, los demás, pues a la para adelante, eso si con criterio, aprovechando la cobertura que le proporcionaban los edificios, y sobretodo, el retrasado despliegue inicial alemán, además de mencionar, que Joan en vez de disparar a las tropas enemigas, se dedico a hacer puntería contra las esquinas de los edificios. Las hostias de las buenas llegaron en el segundo turno, cuando ambos bandos se lanzaron plomo a bocajarro, mención especial tuvo una carga de demolición, con el resultado de que los chicos de gris salieron por patas, bueno no todos, unos héroes se quedaron con una MG42 con el cañón echando humo y los timpanos rotos. Y claro, en el siguiente turno el "komisario" Vashyli dijo: "Tos palante, y facha el último". Después de varios turnos de ataques y contraataques, el suelo
del edificio parecía una ofrenda azteca patrocinada por los mayas. En el tercer turno entraron en acción las reservas rusas, que a esas alturas de la partida pensaban que la historia ya no iba con ellos. Ni un tiro tuvieron que pegar para tomar uno de los edificios clave. Por el flanco oeste, el sargento "Popov" estaba viendo como su plan de tomar rapidamente uno de los objetivos se iba a tomar por Stalingrado. Cuando un grupo de aguerridos teutones los rociaban con plomo a base de bien.
Y en estas, que llego la hora de plegar, la verdad es que la partida estaba decantandose del lado ruso, aunque, Joan reacciono muy bien, y reorganizo sus lineas con habilidad.
Lo dicho, buen rollo entre los dos adversarios, con ganas de aprender y de divertirse.
Próximo capitulo: El embudo sangriento.
Entradas
Publicar un comentario