Aprovechando que el pasado 18 de junio, se cumplieron 194 años de la batalla de Waterloo, voy a iniciar una serie de artículos sobre este momento crucial de la Historia de la Humanidad.
Si bien, el enfoque será algo diferente, ya que a estas alturas casi todo el mundo conoce los pormenores.
Solamente pretendo hacer una visita guiada, basándome en mi experiencia personal, para que, si algún día tenéis la suerte de poder seguir mis pasos, estas lineas os sirvan de ayuda. Desde pequeño, este lugar me fascinaba, soñaba con recorrer las laderas del monte Saint Jean, entrar en el chateau de Hougomont etc...
A primera vista para el típico turista, Waterloo no deja de ser un "campo de sembrados", un lugar en el cual las únicas referencias son un museo y poca cosa más. Craso error, en la actualidad este lugar nos ofrece la posibilidad de disfrutar y saborear el campo de batalla tal como estaba hace casi doscientos años.
Hoy comenzaremos por las batallas que tuvieron lugar simultaneamente el día 16 de junio de 1815: Ligny y Quatre brass.
Como bien sabéis, Napoleon pilló a los "aliados" un poco desprevenidos, cuando realizo un veloz marcha desde Francia dirección Bruselas. El sabía perfectamente, que su ejército era menor en efectivos, así que decidió atacar primero a los Anglo-prusianos, antes que llegaran los rusos y los austriacos. Wellington, que deseaba batirse en las colinas del monte Saint Jean, necesitaba ganar tiempo. Así, que estas batallas fueron básicamente acciones de retaguardia. Lógicamente, estos dos enfrentamientos fueron eclipsados por el que dos días después tendría lugar.
Bueno, vamos al lío. Mi consejo es que si queréis aprovechar la jornada, debéis comenzar la visita con los primeros rayos del sol, acompañados de un buen libro de historia que contega mapas de la epoca, despliegue de las tropas, etc..
La primera parada es Ligny. Aquí el "Tito Napo" le metió una buena "cleca" a los Prusianos. El pueblo es pequeño y en él se puede visitar un pequeño museo. A diferencia de Waterloo, no encontrareis gran cosa más, ya que la mayoria de los turistas no saben ni que existe este lugar. Vale la pena (con apoyo gráfico) pasear por los alrededores. Puedes sentir el sonido de los los cañones y oler el humo de los mosquetes. Esta zona también esta "virgen", y uno se puede desplazar por donde le plazca.
Por eso mi consejo, para toda la visita, es que dispongáis
de un vehículo propio, porque si no lo tenéis un poco crudo,
ya que la zona es agrícola.
Desde Ligny cogeremos la carretera dirección Nivelles, en unos pocos kilómetros, llegaremos a un sitio muy especial: Quatre Bras (Cuatro caminos). En este lugar se libró una batalla, que para los entendidos en la materia resultó decisiva para el devenir de la campaña. Aquí se batieron el cuerpo del Mariscal Ney y la retaguardia del ejercito británico. Tenemos que pensar que hace doscientos años, las carreteras y caminos eran claves para el transporte de la artillería, bagajes de alimentos y municiones. Pues en este caso mucho más, ya que estamos hablando de conseguir el control de uno de los más importantes nucleos de comunicaciones al sur de Bruselas. Y como ya he dicho antes, la velocidad era esencial para el Emperador.
El lugar no os defraudará, porque justo encima de la carretera, podréis observar unos carteles de tráfico muy ilustrativos, que os darán una idea de la importancia táctica que tuvo. A diferencia de Ligny, hay varios monumentos conmemorativos. A unos metros de la encrucijada dirección a Nivelles, se encuentra un fastuoso monolito en memoria de las unidades británicas que lucharon. En el se pueden leer los nombres de míticos regimientos como el "Gordon" Highlanders, Coldstream Guards, por destacar algunos.
El dato curioso de este monumento, es que la piedra de la que esta hecho, se extrajo de suelo inglés, y una vez tallado, se traslado al lugar donde se encuentra hoy en día. Eso sí, según he leído, con enormes dificultades dado la delicadeza del material. Todos los gastos fueron sufragados por el Gobierno Británico y diferentes asociaciones históricas inglesas, escocesas, irlandesas y galesas.
A sus pies no podía faltar una corona de poppies (amapolas), la flor del recuerdo british. A unos pocos metros, en el lado opuesto de la carretera, hay un monumento dedicado a las tropas de caballería holandesa que participaron en la batalla. Aún recuerdo perfectamente la emoción que sentí al encontrarme en Quatre Bras, ya que uno de los primeros juegos de estrategia a los que jugué, fue precisamente éste.
Aunque parezca una paradoja, voy acabar este
artículo hablando del lugar dónde se debe iniciar
la visita al campo de batalla de Waterloo.
Las razones son varias. La primera, es que este lugar fue de echo un enlace entre las anteriores refriegas, y la gran batalla, y la segunda es que aquí podréis comprar una especie de "carta de museos de Waterloo" sin tener que hacer colas, ni aguantar a los turistas "altamireños". Sin olvidar la más importante, que es seguir el orden cronológico de la historia.
Se trata de la que en aquellos días era un hostal de carretera llamada Le Caillou. Hoy es un museo dedicado a Napoleón y a su ejercito. Lo más increible, es que se conserva exactamente como hace 200 años. Tanto como en su exterior (fachada, jardines, accesos), como en su interior. Al dejar nuestro coche en un desierto parquing adyacente, lo que primero nos llamo la atención fue encontrarnos con una estatua, casi a tamaño real del "Tito Napo". Isabel no se pudo resistir a sus "encantos" y poso junto a él.
Como ya os he comentado antes, en este lugar venden un "pase" que os permitirá visitar todas las instalaciones de Waterloo: Le Caillou, Le butte du Lion, El panorámico, el museo (audiovisual incluido) y la casa de Wellington. El precio en 2007 era de 12 euros, y en mi humilde opinión es un pecado llegar hasta aquí, y no visitarlo como Dios manda (Amén). La señora que nos atendió fue muy amable, si bien, cuando nos pregunto nuestra nacionalidad (para la estadística), se quedó un poco sorprendida. No es que los españoles no visiten el lugar, ¡lo extraño es que adquieran los tickets para visitar el museo!. Muchos de los nuestros, es que no llegan ni a visitar Le Caillou, más que nada porque no saben ni que existe (Spain is different).
La visita es corta pero intensa, ya que en su interior encontraréis autenticas joyas. Como la cama en la que durmió Napoleón en la noche del 17 al 18 de junio, la habitación donde tuvo lugar la planificación de la batalla por parte francesa, dónde El Emperador dijo su famosa frase: "Ce sera l'affaire d'un déjeuner", que traducido al cristiano seria: "Esto durará, lo que tarde en desayunar" o "Esto será un merienda". Para los frikies de la historia, esto es lo más parecido a La Capilla Sixtina. Todo, absolutamente todo, se encuentra igual que aquella mañana de primavera; la mesa, las sillas etc... Incluso, sobre la chimenea hay un cuadro con la disposición de todos los allí presentes (Ney, Soult, Erlon etc..). Fue curioso poder realizar una recreación del momento, ya que disponíamos de un libro que contenía la transquipcion exacta de la conversación que mantuvo Napoleón con sus Mariscales. A parte de esto, situadas en vitrinas, se pueden observar sables de caballería, fusiles, mosquetones y todo tipo de armas de la época.
En la parte exterior hay un jardín, en él un pequeño hito nos recuerda que en ese lugar el primer regimiento de la vieja guardia paso la noche custodiando a su Emperador. También hay un osario donde reposan los huesos de algunos soldados franceses. Por doquier, se pueden encontrar detalles que hacen referencia a Napoleón. Debemos tener en cuenta, que todo el área de influencia de Waterloo, esta situada en una zona francófona.
Bueno, hasta aquí el primer capítulo de "Un paseo por Waterloo", en el próximo artículo nos adentraremos de lleno en la que fue una de las más famosas batallas de la historia. Si deseáis saber más acerca de estos lugares, podéis ver mis vídeos, que se pueden encontrar en Youtube. Las palabras claves son: "Spanish in Flanders fields".
Saludos
4 comentarios:
Me parece un artículo excelente, además esta información práctica me serà de gran utilidad cuando vaya a Bélgica. Espero el segundo capítulo.
Juan
PD: animo al resto a publicar comentarios o algun artículo
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