Aviso: La historia que viene a continuación es una dura imagen, no escasea de momentos tensos y dramáticos y puede herir la sensibilidad de los lectores, lo que viene a continuación es la realidad de lo que aconteciendo el Miércoles 6 de Julio en el campo de Batalla del Club Rvbicon, por lo que si alguno es sensible le recomendamos que no siga leyendo y si lo hacéis es sólo bajo vuestra responsabilidad, avisados quedáis......
OJO!!!, pero antes espero que os hayáis leído la primera parte: Partida: Napoleon: The Waterloo Campaign, 1815 (parte I)
Eran las 17:00 del Miércoles 6 de Julio, de pronto una puerta se abre de par en par..... Napoleón con su polo blanco muestra su mejor cara de indiferencia, pobre no sabe lo que se le viene encima, de pronto por la puerta asoma una figura que es reconocida de antemano como Blücher, seguido de Wellington, con papel del baño pegado en la parte de atrás de sus botas, venían de su Cuartel General y en sus caras unas sonrisas largas mostraban que habían planificado el golpe mortal que iba a terminar de una vez por todas con Napoleón, se va a ca....cansar de esperar...ese Francés, pero la espera ha merecido la pena mi querido Blücher.
Pues si señores, vaya pedazo de plan habíamos planificado en menos de 10 minutos, vamos que ni de los mejores estrategas nos tratásemos, el tema fácil, teníamos que evitar que el Francés fuese a por uno de nosotros a darnos de mamporros hasta pedir el reintegro y luego liarse con el otro como postre después de una cena opulenta y claro cual es la mejor forma de evitar esto, pues creando un frente común, hombre.
En esas que nos posicionamos delante del Tablero, enfrente el hombre del polo balnco, empezamos desplegando los Aliados y hay que decir que somos los que más espacio del mapa tenemos al principio, por lo que el despliegue se tiene que pensar bien, qué hacemos?, desplegamos creando un frente adelantado, lo ponemos en el centro, lo creamos más atrasado, cerca de nuestra ciudades (eso sería lo más lógico, dijo una vocecita), a callar!!!, ponerlo detrás, estas loco?, nada, nada, montamos una línea delante y a darnos de tortas enseguida que el Francés pise terreno Belga, faltaría más, además si nos ponemos delante, más complicado se lo pondremos para tomar Bruselas, Gante y Lieja, y no nos olvidemos, montar un frente común, montar un frente común, ese es nuestro gran plan.
Pues eso, que ponemos los Bloques, teniendo en cuenta el límite inicial de hasta sólo un máximo de 5 bloques en un punto para los Aliados.
Una vez montado, nos hinchamos orgullosos por el trabajo bien echo, mientras vemos como el Francés trabaja, poniendo sus bloques en agrupaciones de como máximo 16 unidades por punto.
Una vez finalizado el despliegue, Napoleón ordena su avance y he aquí que la mente de ese personaje es perversa, es malo, no se le ocurre otra cosa que mandarme como unos 6 Bloques de Caballería ardua y veloz hacia mi querida Gante, vamos que en 2 turnos se planta en medio de la plaza Central si un servidor no hace algo para remediarlo y es aquí donde mi sueño finaliza de golpe, tan de prisa que casi me provoca un corte de digestión.
Y es que vaya ca... caraja la mía, un frente común, un frente común, le vamos a dar pal pelo al Francés con nuestro Frente común, pues eso, que me deje todo mi flanco derecho abierto y Silverman se encontró con una autovía directa y sin peajes, de Condé a Gante, eso es una distancia de 4 espacios que si tenemos en cuenta la caballería (cosa que yo no tuve) pues lo dicho en 2 turnos esta solicitando una habitación en el Gran Hotel de Ghent.
Pero lo malo no es esto, lo malo es que en esa ciudad sólo tenia 2 Unidades y eso en este juego es la mejor forma de que te derroten si presentar batalla ya que el mínimo para saltar al Campo de Gloria son 3 Bloques, con 2 o menos te arrollan y aparte de perder pasos, las 2 unidades tiene que retroceder y dejar Gante.
Y donde estaban mis Tropas, pues en el mejor de los casos a 4 espacios de distancia por lo que me vi obligado a retroceder hacia Gante y Brusela rompiendo el Frente Común y ordenando unas marchas Forzadas que como no, salieron todo lo mal que podrían haber salido, vamos que perdí un paso en todas las unidades que ejecutaron la orden.
Eso sí, conseguí dificultarle el avance y hasta en un momento dado me hice fuerte en Gante, pero no por mucho tiempo, ya que el silenciosos Silverman cavilaba sus planes haciendose estos cada vez más evidentes y peligroso para Él, osease yo (aquí le he querido dar un toque a los Cesar).
Y mientras tanto que hacía Blücher?, pues eso es lo que le pregunté, se iba posicionando según contestación, iba acumulando sus bloques para lanzar un super ataque que te mueres a ese Napoleón que... vale, vale, pero ataca que me tiene en su punto de mira, hombre.
En si entre idas y venidas, tuvimos dos pequeñas batallas, por eso de ir abriendo boca, una la ejecuto el Prusiano y otra el Británico, esto nos sirvió para ver como funcionaba el tema este de las batallas en este juego y sinceramente, nos pareció genial.
Las unidades enfrentadas se mueve a un miní tablero, con una línea del frente, a un lado los unos y al otro los otros, con su flanco Izquierdo, su flanco derecho, su zona central y su reserva.
Aquí empezamos a colocar y mover los bloques como si de trileros en las Ramblas nos tratásemos, intentando timar al insensato que se acerca, dónde esta la artillería, dónde?
No nos vamos a engañar, un juego de Bloques es sinónimo de tirada de dados y tirada de dador es igual a factor suerte, vamos que por mucho que decidas, que planifiques y demás, si al final la suerte de los dados no te acompaña, pues eso, que no te acompaña, pero, este sistema permite que no todo en la Batalla este o se sustente de esa suerte, la maniobrabilidad que tu hagas en todo momento de tus unidades, eso puede hacer que ganes la batalla, por lo que tan importante es una cosa como la otra.
Al final y viendo que el Francés estaba organizándose para mandare un ataque a tres bandas hacia Gante, decidí, mal que me pese, pero con un par, salir al encuentro en Oüdennader (con Windoüs), destino final para el Británico y una de la Grandes Batallas que se vieron esa tarde en la Plaza, unos 40 minutos de refriega no nos la quita nadie, donde no paraban de entrar refuerzos y de producirse bajas y en un par de ocasiones los hombres de Wellington estuvieron a punto de echar del Campo al enemigo en cuestión, pero la suerte y un juego de muñecas hizo que eso no ocurriera, dándole la victoria final a Silverman y eliminando al Inglés de la partida, previa bronca de Blücher, pero tenia que hacerlo, tenia que hacerlo.
Eso sí, que quede en acta que mis hombres no cayeron en vano, en su valiente gesta se llevaron consigo las almas de miles de valientes Franceses que..... vamos que deje muy tocado al ejercito gabacho y eso cuenta, el Británico hizo su papel, perdió, sí, pero cumplió con su cometido, sniff, que emoción.
Con Blücher y Napoleón solos por Bélgica se vivió una especie de tregua, donde aprovecharon para unificar tropas y crear una nueva línea del frente, esa paz solo la rompió el Prusiano forzando unos cuantos enfrentamientos.
En un descuido por parte de Xavi, Josep cogió las de Villadiego con intención de llegar a Lieja y tomarla, pero el Prusiano paro el avance en Quatre Bras, donde se vivió la mayor y más espectacular Batalla, ni más, ni menos que 1 hora y 15 minutos (minutos arriba, minutos abajo), simplemente le-gen-da-rio.
En esta Batalla final hubo momentos para ambos bandos, a veces parecía que el Francés la tenia ganada, en otras el Prusiano lo ponía entre las cuerdas, ahora un golpe bajo, ahora un derechazo, que si pongo esto aquí, que si ahora te pego hasta en el carnet de identidad, que si cargo con la caballería, que si me pongo en cuadro, que si te disparo con 16 dados, vamos que ni en las mejores películas y claro un servidor se acomodo, se puso las gafas 3D, se pilló el menú especial que te ahorras la tapa del vaso y a disfrutar del acontecimiento.
Esa fue la Batalla final y que dio la victoria al Prusiano, alias Blücher, alias Xavi, alias Balowsky.
Y esto es lo que paso, eso sí pedazo batalla me pegue, perdí, pero satisfecho.
3 comentarios:
Blucher dice: ¿Para cuando la próxima?
Por mi para el próximo viernes que podamos quedar, la verdad es que el juego esta muy bien y apetece otra.
Lo acabo de leer otra vez, los AAr's son mi lectura de verano favorita desde que abandoné los Private, y este Napoleón me ha dejado un buen recuerdo, me encantan los bloques.
Supongo que falta aclarar que no todo el mundo es tan honorable jugón como Meta, que fué eliminado del juego y aún así sabe disfrutar de la partida en que ya no participa. Hay gente que no sabría tolerar estar 1 hora sólo mirando, y esto hay que avisarlo al proponer este juego
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