martes, 14 de octubre de 2014

Doble DBA. Una de romanos... (4 de 4)


Enlace a la primera entrada.

Enlace a la segunda entrada.

Enlace a la tercera entrada.

Cuarta y última parte de la reseña:




14. Treceavo turno. El mando cartaginés ha alcanzado el punto de ruptura al perder otra base, esta vez de infantería ligera frente a los legionarios del extremo derecho, al lado del bosque. Por tanto, a partir de ahora, deberá emplear sus puntos de mando en evitar que sus tropas huyan hacia su borde del tablero. Aquellas que no pueden ser retenidas se dirigen con todo su movimiento hacia su retaguardia de la forma más directa posible.

Los íberos, por su parte, intentan envolver gracias a su superioridad de bases, a los dos elementos de legionarios que se les enfrentan cerca del bosque de la izquierda, de forma que, cortándoles las retiradas, un simple resultado de ventaja en los dados los eliminen.

En el centro, las tropas romanas ligeras evitan la carga de los auxiliares íberos retirándose sin vergüenza en línea recta hacia su retaguardia, paralelos al camino central.

Y con el último punto que les queda, antes que adelantar a la columna romana frente a la línea de auxiliares íberos que les esperan, prefieren utilizar una base de legionarios (la tercera y última de la columna) para zoguear (situar en Zona de Control) a los auxiliares íberos que pretendían cargar por el centro a la infantería ligera romana.

Hay que señalar aquí que la situación se decanta ya definitivamente del lado romano, puesto que alcanzan superioridad de bases y de calidad de tropas en el centro, y ya en su flanco derecho, frente a los cartagineses que han comenzado a abandonar el campo de batalla.

En el flanco izquierdo, el que enfrenta a los íberos, no es así. Pero en este caso, y estando el enemigo a punto de perder a su caballería ligera que acabará eliminada o sacada del terreno de juego (no se ve en la imagen), tampoco deberían, a la larga, tener mayores problemas al menos para aguantar hasta el final de la partida o hasta la llegada de refuerzos, ya que todo el flanco derecho romano quedará libre cuando el ejército cartaginés abandone la partida, más pronto que tarde.



15. Imagen final de la partida. La caballería íbera del extremo izquierdo a punto de ser eliminada por los mercenarios galos, supondrá la primera baja íbera de la partida, y la quinta de su bando. Los romanos han perdido dos bases y mantienen mejores posiciones y tropas que sus enemigos.

La retirada definitiva del ejército cartaginés deja en solitario al mando íbero frente a los dos ejércitos romanos que, bastante enteros, podrán con poco esfuerzo y algo de organización, acabar de una forma u otra con su resistencia tarde o temprano.

Conclusión.

La partida fue, ante todo, muy divertida y en ocasiones, ciertamente emocionante, no exenta, además, de cierta complejidad y dificultad.

Resaltar en primer lugar el buen hacer y excelente deportividad del amigo David y del amigo Esteve, a la que, no nos engañemos, ya estoy acostumbrado, y con la que siempre cuento a priori en las partidas que jugamos.

Por otra parte, los ejércitos romanos eran superiores en calidad, y además los aliados hay que reconocer que tuvieron unos resultados a los dados de pena, especialmente al movimiento, durante toda, toda la partida, que no es poco, y un handicap difícil de superar si el bando contrario, con todo a su favor, no comete demasiados fallos como, si me lo permitís, fue el caso, manteniéndose en todo momento agrupado y presentándose siempre ordenado y con una relativa sólida línea de frente.

En fin, sólo agradecer a mis enemigos su asistencia y el buen humor que mantuvieron durante toda la partida, así como su educación y cortesía, y a vosotros la atención que habéis tenido al leer esta crónica que espero os haya gustado y que de alguna manera os haya hecho sentir algo de la diversión y la emoción que pudimos disfrutar durante aquella bendita tarde en el Club Rubicon.

Un saludo a todos.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...